Ojo, cuidado, estamos entrando en Narva (50Km Este), el último pueblo de Estonia, aún diría mas, el último pueblo de Europa, que digo... el último pueblo del mundo!!!! casi Rusia. Se rumorea (nótese que no utilizo la coletilla “se conoce”, el “se conoce” ya está pasado de moda) bueno, decía que se conoce que Narva es un lugar peligroso, muy peligroso, que la mayor parte de la población es rusa y que no son bienvenidos los forasteros. Con el mayor cuidado del mundo entramos en la ciudad intentando hacer el mínimo ruido posible. El coche lo conduce el abuelo, un portento de
La única secuela en el Astra un plástico descolgado (que arreglaremos a la vuelta con espuma de poliuretano, que vale pa tó) un bollito chiquitín y las manos de los moteros marcadas en la roña de la luna trasera.
Visitamos el castillo, muy guapo por cierto, justo en la frontera con Rusia. Y nos vamos corriendo espantados por la lluvia “one more time” y por la pinta de chungos de los nengs rusos de la motillo, que se conoce (nunca he estado a la moda) que nos estarían buscando con sus amigos para jodernos el coche.
El castillo de Narva está en la orilla Estona y en frente, en la orilla Rusa, está el castillo de Ivangorod. Es muy curiosa la imagen de dos castillos, a tiro de flecha, solo separados por el río.
Salimos de Narva hacía Tartu ( 180Km Sud) con la intención de ver el lago Peipsi de camino. Vemos la frontera con Rusia y un tanque-monumento.
Seguimos nuestro camino, llueve muy mucho, para no variar y volvemos a comer en la furgo a lo gitano.
Ahora gorka conduce la furgo y Genis de copiloto intenta guiarle al centro de nosequé ciudad universitaria para tomar una cervecita. Ojo, noticia, parece que ha dejado de llover.
Había parado de escribir pero tengo que seguir, en riguroso directo, gorka acaba de llevarse por delante el retrovisor de un coche, “espero que no lo haya visto nadie”. Hemos llegado, nos vamos a tomar unas birritas.
Ese pueblo mal llamado “nosequé” en realidad se llamaba Tartu y recordad bien éste nombre porque puede ser uno de los sitios en los que más suerte hayamos tenido a la largo de este Road Trip Europe 2008.
El asunto es que íbamos a tomar una cervecita (para no variar...).Después de aparcar la furgoneta en un sitio bastante céntrico de la ciudad escuchamos una especie de concierto en la lejanía, y ¿qué hicimos? Pues para allí que fuimos. Total que había una carpa en la plaza central del pueblo con unos zagales tocando allí sus músicas poperas lugareñas volviendo locas a las nenas. Después de estar allí cinco minutillos quisimos buscar una bareto donde tomarnos unas birras, todo estaba bastante apagao hasta que Vizu y Ana con su sentido arácnido de “modernos” escucharon nosequé música de esa que les gustan a ellos y decidimos entrar en un bar subiendo por unas escaleras empapeladas de papel de periódico (valga la redundancia, yo creo que vale así que la pongo y punto). Arriba de las escaleras había un bar bien molón lleno de gente joven y de jamelgas distraídas bebiéndose algún copazo entre la decoración retro (que es lo que se lleva por estos lares). Una vez allí arrejuntamos un par de mesas y después de hacer la pregunta de rigor “can we pay with credit card?” nos pusimos a debatir qué íbamos a tomar, Fernando (a partir de ésta noche llamado DON FER NAN DO) se decantó muy sabiamente por un wiskazo y a partir de aquí nos fuimos envalentonando: que si una birra, que su un cubata de noseque, que su cuatro absentas.... conclusión que se atisbaba desde ese momento que la noche en Tartu no iba a ser corriente.
Ronda va., ronda viene, absenta va, vaso viene (a nuestros bolsos claro). Ese podría ser el resumen de la hora y algo que pudimos estar por allí mientras los otros clientes se limitaban a beberse una cerveza e irse. Como los ánimos iban subiendo nos hicimos la siempre interesante pregunta de: “¿por qué no nos quedamos aquí y salimos de fiesta ésta noche?” pues ya está: de ni parar a tomar una birra a salir de fiesta y cerrar bares.
Ahora el asunto ya iba en serio así que a beber se ha dicho. Gorka aprovechando que anda suelto con el inglés fue a preguntar a un grupo de lugareñas sobre algún sitio por donde salir esa noche: ILUSION.
A partir de ahí beber, beber y caer vasos en el bolso hasta que decidimos irnos a poner guapetes a la furgo con la intención de “petar la noche”. Al llegar a la furgo completamente eufóricos por la noche que nos aguardaba llegamos a una conclusión: “mejor montamos la cama ahora que a las 6 de la mañana que vete tu a saber cómo estaremos”. Total preparamos la furgo, nos cambiamos y camino al Ilusion a ver como estaba el asunto.
Una vez en el Ilusión solo puedo resumiros mi percepción del lugar como “EL PARAISO” una cantidad de chicas “guapísisimas” como yo nunca había visto: rubias, altas, muy arregladas y muyyy guapas. Como se puede observar la comparación con nosotros era odiosa: bajitos, morenos, con babras de varios días y sin ducharnos en un par de ellos... no íbamos a ligar (que es una cosa a la que no estamos muy acostumbrados para que nos vamos a engañar a estas alturas) pero nos lo íbamos a pasar “de pernoccio” como poco.
Entre tanta chica guapa decidimos integrarnos a base de alcohol pero el asunto no acabó de funcionar excepto para DON FER NAN DO (el artista anteriormente conocido como Fernando) ya que una lugareña quiso saber como era eso de bailar a lo latino y se arrimó a él sabiendo que al ser primo hermano de Shakira dominaba más el asunto que nosotros que somos más cercanos al Fary. De ahí que a partir de ahora se le llame DON FER NAN DO porque tal como hubiese dicho yo en su lugar “no he follao en Tartu porque no he querido”.
Entramos a la discoteca a la una pero a las tres se cerraba así que esas dos horas las aprovechamos todo lo que pudimos saltando, bebiendo e inventándonos la letra de las canciones estonas que sonaban a
“Se conoce” que mientras yo revoloteaba al lado de esta lugareña, don Vini Corleone no perdía el tiempo y entablaba conversación con un par de mozas bien guapas que nos dijeron: venir con nosotros a otro sitio a seguir la fiesta. ¿Y qué hicimos? Pues qué vamos a hacer... pues a cerrar otro sitio que ya somos profesionales de esto.
Andamos unos diez minutos a paso de persona serena que en nuestro lugar fueron unos 25 minutos a paso de borracho hasta llegar a un bar en el centro de pueblo donde estaban todos los gambiteros a los que les gusta la farra tanto como a nosotros.
Nos tomamos alguna cerveza mas...
Rubén
Gaby
Genís
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